Se termina el año y en el hemisferio sur comienzan las celebraciones de Navidad y año nuevo, con un clima que favorece los asados y/o barbacoas. En algunos países de Latinoamérica el consumo de carne de cerdo aumenta significativamente en estas fechas, los países centroamericanos privilegian el lechón y pierna de cerdo al horno. En Chile es tradicional el pavo al horno, sin embargo los asados de cerdo se han vuelto una preparación típica para la comida del día después de la cena de celebración.
La mayoría de los países terminan un año con grandes resultados, sin embargo, las expectativas siguen siendo inciertas para algunos de ellos. Por ejemplo en Argentina el precio del kilo de cerdo vivo se ha elevado un 16% en los últimos 3 meses, una noticia positiva, pero que deja un trago amargo al recibir noticias de nuevas habilitaciones de países para proveer carne de cerdo a este país. Meses atrás comentamos que la habilitación de Estados Unidos causó un gran rechazo por parte de los gremios, ahora se habilitan dos países más como potenciales proveedores de los argentinos, México y Canadá. En este 2017 ha sido muy complicado para la industria argentina embarcarse al mercado internacional de la carne de cerdo, nadie dice que no lo logrará, pero debe hacerlo cuanto antes para equilibrar balanzas comerciales.
Otro país que tuvo un buen año en su mercado interno es México, sin embargo también tiene incertidumbre para el próximo año, pues la relación con su vecino, Estados Unidos, aun es incierta y no se sabe qué pasará con los tratados de libre comercio. Será muy difícil que Estados Unidos tome una decisión negativa, porque hace pocos días la industria del cerdo norteamericana celebró un récord de exportación de carne de cerdo a México. Si Estados Unidos toma medidas proteccionistas y anula los tratados de libre comercio, los productores de cerdo mexicanos tendrá costes de importación de granos más altos, pero también la industria del cerdo estadounidense tendrá dificultades para exportar carne de cerdo a México. El 33% de las exportaciones de carne de cerdo de Estados Unidos se envían a México cada año, una cifra que representa el 10% de toda la carne de cerdo comercializada en el mundo.
Para Brasil el 2017 fue un año de mucho movimiento, no sé si existe otro país en el mundo que haya tenido tantas noticias en su industria de la carne de cerdo. A inicio de año los problemas de credibilidad por los casos de corrupción de la “carne fraca” le costó caro a Brasil, la producción creció solo un 0,5 % (3,75 millones de toneladas) y las exportaciones terminarán un 6% más bajas respecto a los datos del año 2016. Analistas privados y gremios asociados a la producción de proteína animal del gigante sudamericano, estiman que para el año 2018 las exportaciones aumentarán un 5%, ya que han habilitado nuevos mercados para exportar en los últimos meses, Filipinas y México. Además ya comenzaron a exportar a Corea del Sur y esperan fortalecer los envíos al país asiático. Los precios del mercado doméstico están con valores muy cercanos al punto de equilibrio, en donde pocos ganaderos están con ganancias.
En Chile la situación del mercado se encuentra con una gran demanda, la importación de carne de cerdo ha superado el 50% respecto al año 2016 y se espera que este año el consumo de carne de cerdo alcance un nuevo récord. El año 2018 se augura positivo para el mercado de la carne de cerdo chilena, su única debilidad es la baja posibilidad de que el sector productivo siga creciendo y con eso la soberanía de proteína porcina. La gran presión social y ambiental está perjudicando la expansión del negocio porcino en el país del sur del mundo.
Por Reinaldo Cubillos G. – Publicado en el portal 3tres3