Según han manifestado, la implantación de este desarrollo podría estar presente en la cabaña de porcino en 5 años. Christine Tait-Burkard del Instituto Roslin asegura que se trata de un caso de inmunidad completa.
Según manifiestan, no hay problemas de seguridad alimentaria en relación con la carne de los animales y los animales no mostraron ningún síntoma de enfermedad o infección cuando fueron expuestos de forma intencionada al virus o estaban junto a otros animales infectados.
Christine Tait-Burkard del Instituto Roslin asegura que se trata de un caso de inmunidad completa.
Este avance podría mejorar la sanidad de los animales y también generar beneficios económicos para los ganaderos aunque aún queda un periodo largo para poder verlo en el ganado porcino ya que la modificación genética de los animales está prohibida en toda la UE.
Fuente: www.porcicultura.com