China recibe hoy el 36% de las exportaciones del Mercosur. Asia aumenta cada vez más su demanda poblacional, y por ende de alimentos, y no cuenta con recursos naturales para producir más, pero nuestra región sí puede y debe actuar ahora. Por ello es preciso una visión estratégica en bloque a largo plazo, afirma el consultor.
Marcos Jank, brasileño, es profesor principal de agronegocios en el Ensino Superior em Negócios, Direito e Engenharia (Insper) y coordinador del centro Insper Agro Global. También es profesor titular en la cátedra Luiz de Queiróz en la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (ESALQ-USP). Estuvo por el país y brindó una charla exclusiva denominada “Desafíos y perspectivas del agronegocio global, en especial de los mercados de China y Asia, con enfoque en la sustentabilidad y en infraestructura”.
–¿Cuál es el contexto global actual en materia de agronegocios?
–Están pasando muchas cosas hoy en el mundo, pero antes quiero decir que tuve la oportunidad de vivir 4 años en Asia, trabajando con los exportadores brasileños del agro y varios sectores representándolos allá. Con relación a China, que está atravesando por un conjunto de crisis muy importantes, primero la peste porcina africana, que afectó bastante la producción china de cerdos que provocó una alta de precios.
–¿Eso en qué medida beneficia a la región de América del Sur?
–A más del alza en la cotización de los precios, se dio una migración de consumos hacia las carnes bovinas, aves y pescados, que para nosotros en nuestra región fue bueno, porque aumentamos bastante las exportaciones de cerdo de Brasil al igual que los precios de la carne vacuna. Y esta crisis va a tardar como 5 a 6 años para que China se recupere, y es muy profundo porque China representa la mitad de la producción mundial de carne de cerdo, un volumen inmenso total de 110 millones de toneladas que produce el mundo. Entonces ellos se vieron afectados, pero se dieron mejores perspectivas para mayor variedad de carne que podemos nosotros como región proveerles.
–¿Qué más factores que acontecen en China afectan a la región y a Paraguay?
–También el año anterior cayeron bastante las exportaciones de soja para China porque el principal uso justamente es la alimentación de cerdos y este fue el primer impacto. Luego el tema del acuerdo comercial China-Estados Unidos, que hay una fuerte presión por parte de Estados Unidos a China para un aumento muy importante de las importaciones del país americano, y la única manera de hacer eso en agro es desplazando al Mercosur, donde logramos crecer mucho. Aquí en Paraguay no se siente tanto, ya que no hay exportaciones directas a China, pero sí exporta a Brasil y a Argentina, por lo que indirectamente también está afectado y el número de las cotizaciones. Por eso, si China implementa ese acuerdo comercial, el principal afectado será el Mercosur, teniendo en cuenta ya que el 70% de lo que Estados Unidos exporta a China es en agro, y son los mismos que nosotros producimos, como carne, soja, celulosa, etanol, algodón.
–¿Y el coronavirus qué tanto afectará las relaciones comerciales?
–Se convirtió en una pandemia económica también, fruto del mundo interconectado en el que vivimos y todo se viraliza velozmente con un potencial de provocar pánico, y está sucediendo un pánico económico. No sabemos lo que va a pasar más adelante, pero sí está afectando y puede que haya un rompimiento de la cadena alimentaria. Y la más reciente novedad, que es el tema del precio del petróleo con Rusia y los árabes, cuyo primer impacto será en los precios de los commodities. Es decir, resumiendo, vivimos en tiempos muy turbulentos con estas situaciones de mucha incertidumbre que nadie podía prever unos años atrás.
–¿Y ante todo esto, qué se puede hacer?
–De estas situaciones debemos aprender, ya que nos demanda mucho más estrategia. El Mercosur es una fuerza muy importante en los mercados del agro y vemos que desde el 2002 el más grande superávit se viene dando en Sudamérica, en especial los países del Mercosur, de US$ 124 mil millones.
–¿Y esto está en juego ahora?
–Yo creo que somos necesarios hoy para el mundo como nunca lo fuimos antes, porque hay pocas regiones con superávit agrícola en el mundo, China, Japón, Corea y Oriente Medio tienen déficit, lo que va a pasar también en India y África porque la población crece más. Por eso, el gran casamiento que se debe dar es entre América del Sur y Asia. Lo que implica que como bloque tenemos que tener mucho más estrategia con una visión a largo plazo y mucho más presencia.
–¿De qué manera Mercosur lo tiene que hacer, cuáles podrían ser esas nuevas estrategias?
–Lo que pude ver estos años que estuve en Asia es que somos muy poco conocidos, estamos presentes, pero al ser exportadores de commodities, nuestra presencia física es muy limitada. El país que quizás hizo más trabajo de presencia fue Chile, pero nosotros apenas. Y para empezar esa presencia, primeramente debemos estar muy de cerca con los diplomáticos, para acelerar por ejemplo temas de habilitación de plantas frigoríficas por decirlo, que suelen ser procesos muy burocráticos y poco transparentes para ingresar a China. En segundo lugar, necesitamos una campaña de comunicación para esclarecer problemas que puedan apuntarnos, ahí podemos aprovechar las tendencias de sustentabilidad porque nosotros todavía tenemos áreas expandiendo agricultura.
–¿Los países miembros tienen que enfocarse en tener un consenso para esa mayor comunicación y presencia física?
–Sí y más que todo avanzar en conversaciones, en parcerías y acuerdos comerciales. Y bien logramos recientemente el acuerdo comercial con la Unión Europea, pero Europa ya no es nuestro principal cliente. Ahora si miramos como Mercosur, nuestro cliente a futuro es el Hemisferio Oriental y es por eso que tenemos que retomar los acuerdos comerciales con los países en desarrollo y me parece que a más de los otros acuerdos, lo más importante es caminar para China y el sudeste de Asia para un futuro cercano e incluso para el futuro más lejano tenemos que llegar al sur de Asia, África e India que deben ser nuestro destino obligatorio como Mercosur.
–¿Y qué falta para empezar con esas nuevas estrategias?
–Lo que nos falta es organización regional y una visión más estratégica justamente. Paraguay tiene mucho potencial, pero debe resolver problemas de infraestructura y de logística. Por ejemplo, Brasil el 45% de la soja que exporta ya va por tren y cada tren con 120 vagones lleva lo equivalente a 360 camiones, es decir, elimina estos 360 camiones. Si bien estamos bien como primer paso con el corredor bioceánico, pero ya es momento de pensar más a futuro. Por qué no evaluar un proyecto ferroviario entre el Chaco de Paraguay, Salta de Argentina y Matopiba de Brasil, que son las zonas franjas de producción para luego llegar al Hemisferio Oriental.
–¿Cuándo hay que hacerlo?
–Debemos empezar a actuar ya en esta década durante los próximos 10 años para que Mercosur pueda tener ese plan estratégico en agronegocios, porque es una cuestión internacional. Es preciso una integración agrícola pecuaria y los 3 grandes oferentes a nivel mundial somos el Mercosur, Estados Unidos y el sudeste de Europa, pero estos dos últimos ya no cuentan con recursos y áreas disponibles, nosotros sí, y debemos aprovechar ese potencial en recursos para alimentar a todo el Hemisferio Oriental.
Por Alba Delvalle
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