-¿Cómo cerró el consumo de carne de cerdo en 2020?
-En la Unión Europea el consumo creció 15% respecto al año anterior, pero el aumento fue significativo a nivel del mercado doméstico (en los hogares) debido a las restricciones sobre el circuito de restaurantes y hotelería que provocó la pandemia de Covid-19. En el mundo hubo menor producción de carne de cerdo, especialmente en Asia, debido a la incidencia de la peste porcina africana sobre la producción. Por otro lado, China aplicó restricciones a las importaciones de carne de cerdo que afectaron las plantas procesadoras de carne de todo el mundo.
-¿Ese incremento fuerte del consumo en países Europeos que son productores destacados fue generado por esas restricciones a las importaciones en China?
-La peste porcina africana está radicada en 54 países y entre ellos algunos asiáticos que son fuertes productores. En la Unión Europea comenzó por Polonia y luego llegó a expandirse hasta Alemania. No llegó al cerdo de consumo y provocó una caída de los precios a nivel del cerdo de abasto sin que hubiera llegado la enfermedad a las granjas de producción masiva. En China tuvieron un sacrificio de 3 millones de madres, que trasladado al parto de cada cerda por año da millones de cerdos y de kilos de carne. De alguna manera hubo 6 mil millones de kilos más de carne de cerdo que no se exportó y hubo que consumir. Eso hizo bajar el precio de la carne de cerdo en Europa.
-¿Cuáles son las perspectivas de consumo para 2021?
-Seguirá faltando carne de cerdo en el mundo por menores producciones. El consumo en los países asiáticos -medido en forma inter anual- viene creciendo entre 15% y 18%, porque la producción porcina tiene una velocidad muy alta. Se puede producir mucha carne por metro cuadrado. También hay una necesidad muy importante por el faltante de carne. Precisan consumir e importan y la pruebas es el crecimiento de la exportación de Brasil a China que creció 87%. Rusia y Dinamarca incrementaron las exportaciones. México está con faltante de cerdo, no tiene para exportar y Colombia más de lo mismo, precisan cerdo para consumo. Argentina aumentó 47% las exportaciones hacia los países asiáticos. Todos hemos crecido en el consumo de carne. Hemos pasado de 6 y 7 kilos a 18 kilos anuales en caso de Uruguay.
-¿Cuál es la situación de la producción de cerdo uruguaya?
-Somos la producción agropecuaria abandonada en los últimos 50 años. Nos dejaron de lado y nos extinguieron. El cerdo pasó a ser un animal de zoológico. La producción en Uruguay es muy reducida. Hemos aprendido a consumir cerdo de la mano de las importaciones de carne de Brasil, Chile, Dinamarca y España, entre otros países proveedores. Incluso compramos carne de cerdo de países que importan cereales. Somos productores de cereales e importamos carne de cerdo, es algo ilógico. En Uruguay se exterminó la producción porcina y hoy nos damos cuenta que el mundo cambió. El mercado cárnico mundial es otro y la producción es otra. Es por eso que hoy están puestos los ojos en Uruguay por diferentes motivos.
-¿Hay posibilidades de inversiones extranjeras en este sector?
-Hay capitales extranjeros que quieren asociarse a capitales locales para establecer importantes producciones. El cerdo es de una velocidad de producción importante. Podemos pasar de nada y si se hacen las cosas bien, en cinco años podemos pasar a ser un país exportador. Parece una paradoja pero es así. La producción de cerdo tiene muchas aristas. En argentina entre 2021 y 2028 habrá una inversión de US$ 27.000 millones entre capitales chinos y argentinos que se focaliza en el sector porcino. El problema sanitario (peste porcina africana) no se arregla fácilmente, continuará y tienen que poner los ojos en países donde se producen granos y mucha cantidad de kilos por hectárea. En esos países se puede producir muchos kilos de carne de cerdo por metro cuadrado de galpón.
-¿Qué origen tienen esos capitales que buscan invertir en el segmento de la producción suina local?
-Hay capitales argentinos y uruguayos. Hay capitales chilenos y colombianos, españoles y catalanes. Hay mucho interés en invertir en Uruguay. Tenemos que tener como base fundamental el bienestar animal por sobre todo y producir cerdos sin antibióticos que es lo que el mundo reclama. Calidad de carne, ya que está la posibilidad de conocer el avance de los países de primer mundo, vamos a copiarle lo que ellos quieren hacer para empezar desde una base muy superior y producir con la máxima calidad.
-¿Qué le hace falta al sector para desarrollarse?
-Se precisan políticas a corto, mediano y largo plazo. En este momento tenemos un ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (Carlos María Uriarte) y su equipo, que escucha. Tenemos un gobierno que escucha a los productores como hace 50 años no teníamos. Puede haber discrepancias pero hay diálogo y donde lo hay existen posibilidades. A su vez, hace falta mucha formación a nivel del consumidor, a nivel del productor y a nivel del circuito gastronómico y hotelero. Hay que hacer saber las bondades de esta carne y cómo prepararla. Ese es el camino para elevar el consumo. Precisamos buenas prácticas de manejo y contar con un padrón de producción, así como con reglamentos claros.
-¿Qué otras cosas?
-Nos hace falta genética, manejo, investigación, formación. Se precisa que la industria frigorífica se ponga de acuerdo con el gobierno y los productores para marchar todos juntos y así poder crecer. Así en 5 años estamos exportando mayor cantidad de carne suina. En lo productivo, hay mucho espacio. A modo de ejemplo, Dinamarca desteta 38 lechones por cerda al año, Chile 32, Brasil 30 y nosotros estamos en 15. La cadena cárnica española formó con todas las entidades ganaderas, industria y comercio cárnico, junto al grupo parlamentario y el gobierno, un plan de reconstrucción económica del país de cara al 2023. A su vez, los ministros de agricultura de la Unión Europea, aprobaron la puesta en marcha de un etiquetado sobre bienestar animal. Tomemos nota de esto, estamos muy adelantados en este tema del bienestar animal. Cuidado con los megaproyectos, que no nos hagan perder la calidad de nuestros productos primarios.
-El año pasado cerró con un consumo de 18 kilos de carne de cerdo por habitante al año en Uruguay. Todavía hay mucho para crecer.
-El cerdo es 100% aprovechable. El 68% del cerdo lo usamos más o menos debidamente. El resto va a un conglomerado de productos que van desde los chacinados al paté. Hay muchos platos para hacer con la carne y el hueso del cerdo. Son productos que no se aprovechan en Uruguay. No tenemos la cultura de trabajar todas las partes del cerdo y eso hay que cambiarlo.
-Para pasar a ser un productor de cerdos de alta calidad hay que armar, como dice, todo el circuito. ¿El hecho de tener que armar frigoríficos con tecnología de elite casi desde cerdo, puede ser una ventaja?
-Sí, creo que puede ser ventajoso tener que partir de cero y mirando el ejemplo de los grandes productores mundiales. Nos faltan plantas industriales (más allá de las que hay) y cuando se arme un matadero para cerdos hay que hacerlo con todo lo que piden los mercados internacionales. Debe ser una planta frigorífica con miras a exportar a los mercados más selectos. El problema sanitario (por la peste porcina africana) no se arregla fácilmente, continuará y tienen que poner los ojos en países donde se producen granos y mucha cantidad de kilos por hectárea. En esos países se puede producir muchos kilos de carne de cerdo por metro cuadrado.
Pablo Antúnez / El país de Uruguay