Marcha triunfal de 13 jabalíes en Roma

En Via Trionfale, 13 jabalíes caminando entre los coches. A estas alturas ya se han instalado, el miedo es que entren a los edificios. Súbito y espectacular salto de calidad en la relación entre los jabalíes y la ciudad de Roma. Una gran manada de ungulados (trece, para ser exactos) cruzó por Trionfale en el número 8160: en fila india, ordenados, evitaron "choques por detrás" con los coches. Pero el tráfico se ha detenido inevitablemente, en parte por asombro y en parte por miedo a atropellar a los animales. Desde un punto de vista etológico (el estudio de los hábitos animales) es bastante evidente, incluso a los ojos de un profano, que los jabalíes han perdido todo miedo al hombre, a su entorno lleno de láminas de metal: la percepción de un jabalí es conocer el territorio, no temerlo por los residuos abandonados. Carlo Calenda se dirigió con un comentario a la alcaldesa saliente, Virginia Raggi, y al presidente de la Región de Lazio, Nicola Zingaretti, quienes durante años han estado discutiendo sobre las responsabilidades de una situación ahora fuera de control. El candidato independiente preguntó si ha llegado el momento de sentarse alrededor de una mesa para abordar el problema. Evidentemente en interés de los romanos, su salud, su calidad de vida. No hay valoración política en lo que sigue: pero Calenda tiene razón. Totalmente correcto. Con las peleas y el rebote de responsabilidades, los jabalíes pronto nos pedirán un asiento a la mesa en casa. Cortésmente, como demostraron al cruzar por Trionfale. por Paolo Conti /corriere.it