La Asociación Uruguaya de Productores de Cerdos (AUPC) encaminó gestiones para que las industrias que importan, procesan y comercializan carne de cerdo adquieran a criadores locales al menos el 2% de la materia prima que necesitan y, además, que haya un precio que les permita sostener sus sistemas productivos.
Fernando Andrade, presidente de la AUPC, dijo a El Observador que la pérdida de productores sigue siendo un problema grave, que cada mes cierra un criadero y que para corregir eso la herramienta fundamental es que haya seguridad sobre que se va a poder vender bien lo que produce.
"Casi no hay quien compre cerdos en Uruguay, es complicado vender y aunque hay otros problemas ese es el principal en la actualidad", afirmó.
Añadió que a aquel que no está involucrado en una dinámica de ventas se le hace imposible seguir adelante. Varios productores se sostienen porque son parte de la Cooperativa Agraria. Limitada Uruguaya de Productores de Cerdos (Caluprocerd), que entre otros servicios canaliza la venta de animales de calidad destacada y uniforme de 140 criadores de 14 departamentos.
Pero el universo es mayor, lo que queda en claro solo con citar que son 300 los que recurren a la cooperativa por ejemplo para adquirir insumos a precios ventajosos. "La cooperativa hace todo lo que puede, tiene convenios de ventas y matamos unos 300 o 400 cerdos por mes, pero no puede comprarle a todos los productores", complementó.
Andrade dijo que "por lo menos" el 80% de la carne de cerdo que se comercializa en plaza es importada desde Brasil, congelada, sobre todo carré, pero también pulpa de jamón y eso se usa por ejemplo para hacer los embutidos, detalló, compras que las industrias priorizan realizar en el exterior básicamente por un tema de precio, "porque la carne fresca nacional que la cooperativa comercializa sin dudas es mucho mejor, sin promotores de crecimiento y sin antibióticos".
Indicó que "una pulpa de jamón entra desde Brasil a $ 140 o $ 150 el kilo y eso ya es el costo que tenemos, por lo tanto sumando costos fijos y otros si vendemos a ese precio para competir perdemos plata".
Esto, lamentó, "pasó toda la vida, no es un problema actual, nunca hubo una política de Estado para proteger al criador de cerdos y a sus familias produciendo en el campo y evitando que se vayan a sufrir a la capital".
Agregó que hay muy buenos ejemplos de políticas de Estado donde se hizo foco en un sector, se lo protegió, se lo ayudó a despegar y son un éxito y señaló a la forestación.
"Para que se siga criando cerdos en Uruguay se precisan políticas claras y que trasciendan los gobiernos", expresó.
Andrade entiende que no se puede prohibir la llegada de carne de cerdo desde Brasil, porque Uruguay tendría problemas si Brasil hace lo mismo con las exportaciones uruguayas de lácteos o arroz, "pero si el gobierno habla de la importancia de las políticas familiares en el campo, y hace muy bien con eso, debería avanzar en políticas claras y urgentes para cuidar al sector del cerdo que en muchas zonas del país genera empleo y radica a la gente de forma digna en el medio rural".
En el sector, señaló, no existe un adecuado recambio generacional, productores con mucha experiencia no tienen a quien cederle sus conocimientos y otros de menores edades hasta dejan de invertir en una lona de engorde u otras cosas porque tienen día a día la duda de hasta cuándo aguantarán.
Tras lamentar que "se ha perdido esa cultura de las chacinerías de desarmar cerdos ?se desarmó el ciclo 2 de desarme de cerdos porque les es más barato traer todo de Brasil?", sugirió que se les pida a las industrias que compren un 2% de cerdo en pie del total de la carne que procesan y ahora importan en su totalidad.
Ese planteo fue trasladado hace unos días al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y se está a la espera de una respuesta, pero también es un tema que se habló directamente con jerarcas de diferentes dependencias del ministerio.
Si eso prospera, "los productores no tendrían que malvender sus cerdos en las ferias y podrían seguir adelante con un esfuerzo mínimo del sector industrial", apuntó.
Respuesta positiva
Sobre si es optimista, Andrade dijo que sí, con base en que la AUPC en su momento hizo un planteo que tuvo andamiento, aludiendo a cuando se reclamó que la comercialización de grasa importada pague IVA, algo que no se aplicaba y también significaba una desventaja para el producto nacional.
El presidente de la AUPC identificó, finalmente, otra realidad: "Hay fábricas que hacen embutidos que son empresas nacionales y no pueden exportar el valor agregado que le dan a poner mi cerdo en una tripa porque hacen dumping, porque usan carne no es nacional".
Fuente: El Observador / Tomado de www.ciap.org.ar