El control y la prevención de enfermedades infecciosas es uno de los aspectos más desafiantes de los sistemas intensivos de producción porcina. Afecta el bienestar de los cerdos, la seguridad alimentaria, la salud pública y la rentabilidad económica. La implementación de programas sostenibles de bioseguridad en la granja es, por lo tanto, esencial para la industria porcina moderna.
¿Qué es la bioseguridad?
La bioseguridad es la aplicación de medidas para prevenir la introducción de nuevos patógenos, minimizar el impacto de los patógenos endémicos y disminuir la propagación de patógenos dentro del rebaño. Las medidas de bioseguridad adecuadas ayudan a los productores de cerdos a alcanzar el crecimiento óptimo al reducir los efectos negativos de las enfermedades subclínicas y a lograr un alto rendimiento reproductivo al disminuir factores costosos como la pérdida embrionaria o la mortalidad antes del destete.
Los elementos de bioseguridad
Las medidas de bioseguridad externas tienen como objetivo disminuir la probabilidad de introducir patógenos a un rebaño. Las medidas internas de bioseguridad reducen la propagación de patógenos que ya están presentes en la granja. Prevenir la transmisión efectiva de patógenos dentro de una granja y entre granjas es un concepto clave en bioseguridad. Por lo tanto, es importante tener conocimientos básicos sobre la epidemiología de la enfermedad, como las vías de transmisión, la estabilidad del agente en el medio ambiente y el papel de los fómites y vectores para establecer medidas de bioseguridad eficaces.
La entrada de nuevos cerdos, como la compra de reproductores de reemplazo de una fuente externa, es una de las rutas más comunes con la mayor probabilidad de introducción de nuevos patógenos.
Principales factores de riesgo externos para la bioseguridad
Las medidas de bioseguridad externas pretenden bloquear la granja de patógenos provenientes del mundo exterior. Muchas de estas medidas son barreras físicas o normas que prohíben la introducción de determinados animales, personas o vehículos. La entrada de nuevos cerdos, como la compra de reproductores de reemplazo de una fuente externa, es una de las rutas más comunes con la mayor probabilidad de introducción de nuevos patógenos.
Además, la necesidad de dosis de inseminación compradas de una fuente externa también aumenta el riesgo. Las personas y los vehículos son otras vías importantes para la introducción de nuevas enfermedades. Los fómites que llevan las personas como botas y ropa, los vehículos utilizados para transportar animales entre granjas o al matadero, y los conductores de estos vehículos tienen un papel importante en la transmisión de patógenos entre granjas. Además, los ingredientes de los piensos y el agua potable son otras fuentes de introducción de patógenos en las granjas.
Implementación de bioseguridad externa
La medida más eficaz para disminuir la introducción de patógenos externos es la cuarentena. Una cuarentena bien diseñada y bien administrada considera el período de incubación de la enfermedad, la duración del período de contagio de la enfermedad y el tiempo necesario para establecer un diagnóstico. La cuarentena debe estar ubicada lejos de las unidades principales de la finca. Se debe bloquear una conexión directa entre la granja y la unidad de cuarentena. La aplicación de filtración de aire en las ventanas o entradas de ventilación evita la introducción de patógenos en áreas de alta densidad.
Las medidas de barrera, las normas que restringen la entrada a la finca y el establecimiento de una delimitación clara de áreas limpias y sucias minimizan el riesgo asociado a las visitas. La exclusión de los ingredientes de alimentos de alto riesgo de las instalaciones, la extensión de la bioseguridad a las plantas, la consideración de estrategias de mitigación proactivas, el desarrollo de cuarentenas de alimentos y el establecimiento de un método de muestreo validado de ingredientes de alto riesgo reducen el riesgo de que los patógenos ingresen a la cadena de suministro de alimentos.
El personal de la finca es fundamental en el mantenimiento de la bioseguridad interna aplicando las normas de bioseguridad en las áreas de trabajo asignadas
Principales factores de riesgo de bioseguridad internos
Los factores de riesgo de bioseguridad internos están asociados con el manejo del rebaño, la higiene de las instalaciones y el personal de la granja. Las medidas de manejo tienden a controlar el flujo de cerdos para evitar mezclar cerdos de diferentes grupos de edad mediante la aplicación estricta de un sistema todo dentro/todo fuera, acompañado de limpieza y desinfección de las instalaciones para los nuevos lotes de cerdos. Además, el personal de la finca es fundamental en el mantenimiento de la bioseguridad interna aplicando las normas de bioseguridad en las áreas de trabajo asignadas.
Implementación de bioseguridad interna
El diseño adecuado de las instalaciones es un aspecto básico de bioseguridad para evitar mover cerdos entre diferentes secciones para carga, descarga o entre fases de producción. Se recomienda establecer un flujo de trabajo siguiendo el flujo de cerdos de más jóvenes a más viejos. Barreras físicas como puertas, pediluvios, áreas para lavado de manos y cambio de botas, siguiendo la regla de no contacto entre las diferentes etapas de producción, sistema de ventilación adecuado, pisos apropiados son medidas de bioseguridad interna efectivas. La limpieza y desinfección de los corrales incluye la remoción de restos orgánicos, lavado con agua jabonosa, enjuague, secado y finalmente desinfección. Además, las vacunas son críticas para la bioseguridad interna de las granjas porcinas y previenen la frecuencia de enfermedades.
Conclusión
Priorizar las medidas de bioseguridad en función de la eficacia potencial es esencial para establecer un programa de bioseguridad adecuado en los sistemas intensivos de producción porcina. Sin embargo, se requiere un conocimiento cuantitativo sobre las vías de transmisión de la infección para crear planes de bioseguridad efectivos.
Por Samaneh Azarpajouh / Foto: Bert Jansen