La industria de la carne de cerdo en la Argentina ha experimentado un importante posicionamiento en los últimos años acompañada del incremento en el consumo y elección de los consumidores argentinos por esta proteína. El país posee condiciones naturales, geográficas y sanitarias óptimas (además de ser productores de las materias primas principales) para continuar creciendo, autoabasteciéndose e incluso exportando.
En la actualidad el país cuenta con un censo de 341.000 hembras reproductoras, lo que se traduce en una producción anual de 695.000 toneladas al 2021, alcanzando un consumo de 18 Kg/hab al mismo período.
Por otro lado, las cifras de comercio internacional indican un incremento de 51,5% en el volumen de importaciones para el mismo periodo, mientras que para las exportaciones cayeron un 81,8%. Es importante resaltar que a pesar de la difícil y fluctuante situación económica en los últimos diez años y gracias a las estrategias implementadas por el propio sector, algo que subió menos que el salario básico de los trabajadores, fueron los precios de los cortes de carne de cerdo, los cuales no contribuyeron a la pérdida de poder adquisitivo de la población, lo que refleja una vez más la fortaleza de la demanda y del consumo de carne de cerdo en Argentina.
Dentro de los principales desafíos para la industria en los próximos años es sin duda mantener el alto nivel sanitario de las granjas, extremando medidas de bioseguridad ante la amenaza de diversos agentes que podrían ser devastadores si ingresaran al país. Hemos visto como hoy muchos patógenos reemergentes están causando molestias y problemas, por lo que contar con animales sanos es un “seguro” y será cada vez más preponderante en la búsqueda de la mayor rentabilidad del negocio. Animales más sanos son animales que producen más y mejor. Debemos pensar en inversiones no solo a nivel de granjas, sino también de plantas de faena que permitan aumentar la capacidad local y de valor agregado.
Trabajar y hacernos cargo de una problemática que se hace cada vez más visible, más hoy después de una pandemia, tiene que ver con la falta de capital humano para trabajar en el mundo agropecuario. La necesidad de crear planes de carrera que estimulen y motiven a la gente a querer volver, quedarse y hacer carrera dentro de una empresa productora son prioridades que la gran mayoría de productores hoy discuten.
Producir proteína de alta calidad y alimentos sanos y seguros para una población que cada día se hace más grande, cuidando el medio ambiente, los recursos naturales y pensando siempre en el futuro, son tareas complejas para nuestro rubro que debe lidiar con un día a día que la mayoría desconoce. El impacto que tenemos en las miles y millones de familias en el mundo es lo que nos motiva día a día a continuar batallando haciendo las cosas de mejor manera.
La producción porcina continúa y seguirá evolucionando, adaptándose a los nuevos desafíos e incluyendo nuevas tecnologías en sus procesos que permiten mejorar el bienestar de los animales y por consecuencia la calidad del producto final, mejoras en los pabellones donde se alojan los cerdos (automatización), gestaciones grupales de las cerdas, alimentación automática, producción de alimentos balanceados en base a los requerimientos de cada etapa productiva, control de la ventilación y parámetros de ambiente como la humedad, temperatura, gases, prevención a través de inmunológicos que ayudan controlar las principales enfermedades.
Pensar en el medio ambiente y en cómo reducir el impacto para una producción sustentable y sostenible en el tiempo, en la recirculación de las energías, proyectos de biodigestores que ya son una realidad desde hace un tiempo son sólo algunas de las medidas que muchos empresarios y productores han decidido adoptar de cara a que entendemos que como industria productora de alimentos y en este caso de proteína de alta calidad, necesitaremos afinar cada vez más la relación y el equilibrio entre la salud de las personas, los animales y los ecosistemas apuntando siempre a la mirada de una sola salud.
Por Felipe Ibañez Santander, director de la Unidad de Negocios de Porcicultura – MSD Salud Animal Región Sur Chile–Argentina.