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Alimentación húmeda en la cría de cerdos

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En las explotaciones porcinas intensivas la técnica de nutrir a los animales con alimentos líquidos tiene una gran difusión desde hace muchos años. Es en este contexto que suele hablarse de alimentación húmeda o líquida.


En condiciones naturales, el cerdo, siendo un animal omnívoro, siempre se ha nutrido de productos con niveles variables de humedad (verduras, raíces, frutas, bellotas). En las explotaciones porcinas intensivas la técnica de nutrir a los animales con alimentos líquidos tiene una gran difusión desde hace muchos años. Es en este contexto que suele hablarse de alimentación húmeda o líquida.

A pesar de que en España la alimentación líquida siempre ha tenido una difusión más limitada que la alimentación en seco, últimamente se está observando un interés creciente en este sistema de nutrición.

En lo que sigue describiremos los sistemas de alimentación líquida y sus características principales. Además, se analizarán las peculiaridades de este tipo de alimentación en la realidad porcina española, así como sus aspectos prácticos.. Finalmente, se tratará un tipo particular y muy prometedor de alimentación líquida, que es la alimentación líquida fermentada.

Que es la alimentación liquida
La alimentación líquida puede definirse como la mezcla de una parte de alimento (cereales, vitaminas, minerales, etc.) con dos o tres partes de agua (Plumed-Ferrer y von Wright, 2009). De hecho la preparación de la papilla para lechones ya es una forma – aunque sea de las más simples – de alimentación líquida. No obstante, la alimentación líquida puede consistir en mucho más que en una simple mezcla de agua y pienso solo.

Efectivamente, una de las características principales de la alimentación líquida radica en la posibilidad de incluir una larga gama de ingredientes. Algunos de estos presentan elevados niveles de humedad, por lo cual sería imposible aprovecharlos en pienso seco. Es en este grupo que se encuentra gran parte de los subproductos (suero de leche, levadura de cerveza, etc.) de la industria de alimentación humana.

En áreas donde hay una gran disponibilidad de esos subproductos, por ejemplo en el Norte de Europa, se observa una mayor implicación de este tipo de ingredientes en la composición del alimento para cerdos. En este contexto, el cerdo se ha convertido en un “reciclador”: si los subproductos no fueran implicados en la alimentación animal, deberían echarse y podrían resultar contaminantes.

Si los subproductos ofrecen perspectivas económicas interesantes por su bajo coste, al mismo tiempo requieren del desarrollo de sistemas de preparación y distribución específicos. En el apartado siguiente presentaremos las características principales de estos sistemas.

Sistemas
Los sistemas desarrollados para la alimentación líquida suelen componerse siempre de las partes siguientes: una “cocina” que comprende los silos para las diferentes materias primas, los tanques de preparación, distribución y agua reciclada y una bomba de alimento. Las tuberías llevan el alimento desde la cocina hasta los corrales donde las válvulas de alimentación permiten dosificar el pienso en los comederos.

Pueden distinguirse principalmente según el modo de suministro del alimento, por un lado, y según la forma de control de su preparación y distribución, por otro.
 
En función del modo de suministro del alimento, se distinguen dos sistemas: el restringido y el “ad libitum”. En la alimentación restringida, el animal recibe una cantidad definida de alimento que se distribuye en dos o más tomas al día. En el sistema “ad libitum”, en cambio, el animal tiene el alimento a su disposición durante todo el día.

La otra distinción se basa en el uso de sistemas manuales versus automatizados para realizar el control de la preparación y la distribución del alimento. El primer sistema es obviamente el más antiguo y el más intensivo en lo que concierne a mano de obra: el operador tiene que estar presente en todas las fases del proceso. En los sistemas automatizados, todas las fases, desde la preparación hasta la distribución del alimento, están controladas por ordenador.

 De ahí que, a diferencia del control manual, el control automatizado permita, entre otros aspectos, variar las fórmulas de manera más rápida, diferenciar la distribución del alimento en cada corral, trabajar con curvas de alimentación específica para cada grupo de animales, controlar los stocks de materias primas, y todo ello con menos costes de personal.

Ventajas e inconvenientes respecto a la alimentación seca  
Antes de decidirse por un sistema de alimentación líquida, conviene analizar detenidamente las ventajas y los inconvenientes de este tipo de alimentación. De ahora en adelante nos referiremos concretamente a los sistemas de alimentación líquida para cerdos de engorde y restringidos. Cuando sean para otra fase productiva o ad libitum se mencionará específicamente.

Ventajas

Mejora de índices productivos
La alimentación líquida mejora considerablemente los resultados productivos respecto al pienso seco. Varios factores influyen de manera positiva en la mejora de estos resultados. Entre otros, la alimentación líquida tiene un efecto más favorable sobre la morfología y fisiología del tracto gastrointestinal (Scholten et al., 2002 ; Hurst et al., 2001).

Su aplicación permite aumentar también la ingestión en las etapas más críticas del proceso de producción, como son las fases del destete y de la lactación, así como, más en general, las temporadas con temperaturas elevadas. Además, se ha observado una mayor eficacia de las fitasas (Liu et al., 1997 – Niven et al., 2006). Como puede observarse en el cuadro 1, estas mejoras están bien documentadas:
 
Cuadro 1.- Cerdos de engorde, productividad con alimento seco vs líquido (adaptado de Bertacchini y Campani 2013)


No obstante, aunque en la bibliografía los resultados productivos se revelan muy convincentes, debe observarse que en la práctica a menudo las diferencias conseguidas no son tan marcadas. En efecto, en el contexto de la alimentación líquida cabe tener en cuenta una serie de criterios a menudo descuidados. Aquí nos limitamos a describir los principales que están relacionados directamente con la nutrición:

a) Diluición agua/pienso

En la fase de crecimiento-engorde las diluciones agua/pienso con las cuales se consiguen los mejores resultados están comprendidas entre 3:1-3,5:1 (Gill et al., 1987 – Hurst et al., 2008). No obstante, bajo determinadas condiciones puede quedar justificado un aumento de la diluición: en formulaciones con un nivel alto de fibra (debido, por ejemplo, al uso de pulpa de remolacha), en formulaciones con una inclusión elevada de subproductos (en particular los que son ricos en sales) o en instalaciones donde la longitud de las tuberías o la capacidad de la bomba no son aptas para la distribución de sopas más concentradas.

En reproductoras se suele aplicar una diluición mayor a 3:1-3,5:1, dado que los requerimientos de agua son superiores y que el pienso está compuesto de niveles de fibra más altos. Pero debe vigilarse no llegar a una diluición demasiado alta, dado que ésta podría dar lugar a un efecto negativo sobre la ingesta diaria de materia seca. Por ello más vale programar tomas suplementarias de sola agua en vez de aumentar demasiado la diluición.

b) Temperatura

El agua que se usa en las explotaciones suele tener una temperatura inferior a la del cuerpo. Por esta razón, su adición puede provocar problemas de termorregulación en los animales, sobre todo durante las temporadas más frías. El esfuerzo por parte de los animales para mantener la homeotermia crea una pérdida de energía con la consecuente reducción de rendimiento. Las temperaturas muy bajas no solo pueden provocar reducciones de la ingesta alimentaria, sino también aumentos de los casos de diarrea. Los lechones son mucho más sensibles a estos efectos que los animales adultos.

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c) pH

En la alimentación en seco se sabe que el pH del agua de bebida es un elemento que debe controlarse cuidadosamente. Dado que en la alimentación líquida los animales reciben un buen porcentaje de agua de bebida con el alimento, no es de extrañar que la importancia del pH del agua no deba ignorarse. En efecto, cuanto más aumente el pH y se aleje del valor óptimo (3,5-4,5), más frecuentes serán los casos de diarrea. Nuevamente, los lechones resultan más afectados que los animales adultos.

Alimentación por fases

Los sistemas de alimentación líquida se rigen por curvas de alimentación. Es decir, el sistema se basa en cantidades diarias de MS o de Kcal para un cerdo de un determinado peso.

Esto permite poder ajustarse mejor a las necesidades de los animales en los distintos pesos y fases de producción. Además, el animal no cambia de ración bruscamente de un día para otro, como en muchos casos ocurre en la alimentación seca, sino que se le van introduciendo pequeños porcentajes de la siguiente ración y de esta forma el cambio es más paulatino. En el engorde se suele trabajar con dos raciones, crecimiento y acabado, que se van mezclando en diferentes porcentajes durante toda la fase.

Las raciones se suministran repartidas entre 3 y 5 veces al día en los engordes. Se considera que una curva de alimentación es correcta cuando la variación de consumo diaria para un mismo animal es inferior al 10%.

Coste de alimentación

La gran ventaja de los sistemas de alimentación en líquido es el ahorro en el coste de la alimentación. Este ahorro va estrechamente unido a la utilización de subproductos de la industria alimentaria. Tanto es así, que cuando la alimentación líquida se basa solo en pienso y agua el ahorro es mínimo o inexistente.

En el caso de la utilización de subproductos el ahorro variará en función de 3 factores:

a. Precio del subproducto.

b. Nivel de subproductos incorporado en la ración.

c. Calidad y variabilidad de los subproductos.

a. Precio. La industria de subproductos líquidos en España es más joven y no está tan desarrollada como en el norte de Europa. Esto dificulta la obtención de subproductos de calidad de manera fácil y regular (uno de los mayores inconvenientes de la alimentación líquida). También implica que haya grandes diferencias en el precio entre clientes para un determinado subproducto, lo que indica el grado de inmadurez del sector.

En consecuencia, dependerá de la habilidad y dedicación de cada productor el conseguir mejores o peores, más caros o más baratos subproductos, hecho que influirá directamente en el precio de la ración. Por otro lado, esto permite que aún haya mucho margen de mejora y por tanto de negocio en este sector.
 
b. Porcentaje de inclusión de subproductos. El factor limitante a la hora de utilizar subproductos es la disponibilidad y la regularidad de entrega de los mismos. La falta de regularidad en el suministro es una de las primeras causas de cese de uso de los subproductos.

Normalmente, a mayor porcentaje de inclusión de subproductos menor es el coste de la ración, pero mayor es el riesgo de sufrir un empeoramiento de los índices productivos debido a la variabilidad y/o la falta de suministro de los mismos o de padecer alguna intoxicación. En los cerdos de engorde las inclusiones de subproductos pueden ser mayores, mientras que en lechones y cerdas se debe ser más conservador (cuadro 2).

Cuadro 2.- Inclusiones máximas recomendadas para subproductos  y maíz húmedo ensilado en las distintas fases de producción (Fuente Cooperativa d’Ivars)

c. Calidad. Dependiendo de la composición nutricional, de la calidad y de la variabilidad, los subproductos serán más o menos interesantes económica y nutricionalmente. Un subproducto muy rico nutricionalmente pero muy variable suele ser poco interesante mientras que uno más pobre pero constante, si es económico, puede ser rentable.

Inconvenientes
La alimentación líquida que utiliza pienso y agua tiene pocos inconvenientes respecto a la alimentación seca. El coste de la instalación y la cualificación de la mano de obra son unos de ellos. Ahora bien, cuando entran los subproductos en juego, el riesgo y las complicaciones aumentan, tanto más cuanto mayor sea su porcentaje de inclusión. También hay que mencionar que hay subproductos más y menos seguros, o más o menos complicados. En función del tipo de subproducto y del porcentaje utilizado del mismo el riesgo será más o menos alto, y el coste de alimentación más o menos barato, respectivamente.

Variabilidad en subproductos
La falta de uniformidad en los subproductos es uno de los mayores inconvenientes en alimentación líquida. Dependiendo del proceso de obtención del subproducto, esta variabilidad será menor o mayor, y podrá así afectar al porcentaje de MS y/o a su composición nutricional. Así, por ejemplo, el suero de leche de una quesería determinada suele ser poco variable ya que el proceso de producción será siempre el mismo. En cambio, un yoghourt líquido, que se obtiene de mezclar los derivados lácticos que se recogen en las grandes superficies, lo suele ser mucho más (figura 1).

Esta variabilidad junto con el precio del subproducto y su disponibilidad determinará el porcentaje de inclusión del mismo en la ración. A más inclusión de subproductos variables, más grandes suelen ser los márgenes de seguridad en la fórmula, y menos ventajoso es el subproducto a nivel económico.

Figura 1.- Resultados de PB estandarizada al 88% SMS de muestras de levadura de cerveza analizadas en Cooperativa d’Ivars durante el 2009. (II Congreso Anavepor, 2010)

Para controlar esta variabilidad, el primer parámetro a analizar sería la MS. Es imprescindible determinar la MS de los subproductos a la descarga, en la misma explotación, y modificarla en el ordenador si varía sustancialmente. De esta forma aseguramos que la ración tenga la MS estipulada. Otra razón importantísima para controlar la MS de los subproductos es el coste de los mismos. Cuando compramos un subproducto estamos comprando MS, no agua, por lo que es importante saber su contenido y ligar su precio a este parámetro. Los subproductos líquidos deberían pagarse por punto de MS (cuadro 3).

Cuadro 3.- Variabilidad en la composición de distintos subproductos y materias primas (Adaptado de Brooks y McGill, 1995)

A parte de la MS también deben analizarse otros parámetros nutricionales. Éstos serán específicos de cada subproducto y deberán analizarse con más o menos frecuencia dependiendo de su variabilidad (PB, GB, FB, cenizas, almidón, Na, Ca, P, etc). De la mayoría de los subproductos no hay matrices publicadas, y cada nutrólogo tendrá que construirse las suyas propias en base a los valores analizados. Braun y De Lange ( 2004) proponen la suma de la energía de los distintos nutrientes analizables de un determinado subproducto como una buena aproximación de la energía digestible final. (cuadro 4).

Cuadro 4. Contenido nutricional determinado (% MS), digestibilidad estimada de los nutrientes (%) y energía digestible estimada (ED, MJ/KgMS) para los principales ingredientes líquidos usados en alimentación porcina en Ontario (Adaptado de Braun et al., 2004)

Manejo y conservación de los subproductos
Los subproductos sólidos suelen tener una mejor conservación que los líquidos. Los microorganismos necesitan agua para desarrollarse y en los sólidos ésta se encuentra en poca cantidad. Aun así, hay ciertos parámetros de calidad que deben controlarse, como el enranciamiento de las grasas, el contenido en hongos y micotoxinas y otros metabolitos que pueden ser peligrosos, como el cianuro en la torta de almendras. Dependiendo del subproducto y de su obtención, se analizarán unos parámetros u otros.

Los subproductos líquidos son más perecederos que los sólidos. Su alto contenido en agua hace que las fermentaciones sean inevitables, pero si además las temperaturas son elevadas (como suelen serlo gran parte del año en España), las bacterias y levaduras se multiplican a gran velocidad. Estos microorganismos se alimentan de la materia seca del subproducto con lo cual cuando las fermentaciones ocurren en gran cantidad el contenido en MS disminuye rápidamente (Scholten B., 2001, Braun y De Lange, 2004). También disminuye su contenido nutricional (PB, almidón, lactosa, etc) y varía el contenido en ácidos orgánicos (ac. láctico y ac. acético) y pH (Scholten B., 2001). Esto no sólo supone un coste a nivel económico, sino que también puede serlo a nivel productivo. Si no se detecta y corrige el problema, los animales pueden disminuir el consumo, rechazar la sopa e incluso morir.

Las bacterias, sobre todo los coliformes, también degradan los aminoácidos de los subproductos rápidamente, en especial los aminoácidos libres. Pedersen et al., (2002) demostró que a las 24h de almacenamiento de la sopa un 17% de la lisina añadida había desaparecido. Dependiendo del sistema de alimentación líquida usado (en función del mismo puede haber más o menos fermentaciones) y de los subproductos empleados, estas pérdidas serán mayores o menores.

Por eso es importante, por un lado controlar las fermentaciones, con el uso de ácidos orgánicos y sus sales que bajen el pH, y por otro dar rotaciones altas a los subproductos. Por regla general un subproducto líquido no debería estar más de 7 días en la explotación. También es importante dejar vaciar completamente los tanques entre descargas. Si queda un remanente de producto en el tanque y se descarga producto fresco encima, éste actúa de acelerador de las fermentaciones (cuadro 5).

Cuadro 5.- Carbohidratos (%MS) de subproductos frescos y almacenados (Braun y De Lange, 2004)

Intoxicaciones
Los subproductos llevan concentrados muchos nutrientes y metabolitos, a veces beneficiosos para los animales pero otras peligrosos en determinadas circunstancias. Estos últimos no siempre se conocen. Es por ello que las intoxicaciones son más frecuentes que en el sistema de pienso seco.

Por ejemplo, el suero de leche puede llevar grandes cantidades de sal. Si los cerdos no disponen de acceso libre al agua, pueden llegar a sufrir una intoxicación por sal. En otros subproductos, por ser únicos y poco analizados, se desconoce si pueden contener algún nutriente peligroso. Por eso es de gran ayuda, delante de un subproducto nuevo, conocer bien su proceso de obtención y manejo hasta la explotación.

El uso de determinados subproductos en grandes cantidades lleva implícito este riesgo, y el productor debe saberlo.

Curvas de alimentación y control de comederos
Las curvas de alimentación no són estáticas y deben ir adaptándose tanto a la genética como a las condiciones ambientales de cada explotación. Por eso, al final es el propio granjero, junto con el asesoramiento del técnico, quien debe construirse sus propias curvas de alimentación.

Es un trabajo laborioso que implica revisar todos los comederos después de cada comida, anotar su estado y trasladar luego este dato al ordenador, modificando la curva si es preciso. Por regla general, se considera que a la media hora de haber dado la comida los comederos deberían estar limpios. Esta regla deja de ser práctica cuando los cerdos no pueden comer todos a la vez. Si este es el caso, se debe aumentar o disminuir la cantidad de MS para la próxima comida, según convenga.

 Control de la MS y desmezcla de los nturientes en la distribución de la sopa

El control periódico de la MS de la ración es de vital importancia para asegurar buenos resultados a nivel productivo. El primer punto donde debe analizarse es a nivel de mezcladora. Si aquí el resultado es diferente del teórico, probablemente tenemos un problema en la MS de los subproductos o en las celulas de pesaje. A continuación debe analizarse la MS en al menos tres puntos distintos del circuito de distribución.

Se considera una distribución homogénea si no hay más del 5% de diferencia entre la MS de la mezcladora y la de los distintos puntos (Braun y De Lange, 2004). Aunque en los sistemas de alimentación nuevos estas diferencias se van minimizando, continúa siendo un problema en los antiguos. El alimento a veces no se distribuye uniformemente entre la primera y la última válvula, pudiendo llegar a diferencias de hasta el 74% respecto la MS de la mezcladora (Braun y De Lange, 2004).

Esto puede acarrear consecuencias económicas graves si no se detecta y resuelve a tiempo. Debe comprobarse periódicamente el estado de las palas de la mezcladora y de los sistemas de distribución y cambiarlos si es necesario, ya que muchas veces las desmezclas son causadas por falta de mantenimiento en la instalación.

A parte de la homogeneidad en la distribución, es importante evitar la segregación de los componentes de la sopa. Se ha demostrado que no hay los mismos nutrientes en la fracción líquida que en la sólida (Figura 2). Los minerales se concentran en la fracción ligera mientras que la MS lo hace en la gruesa, con todo lo que esto puede comportar a nivel productivo. El uso de subproductos o materias primas con capacidad ligante (yoghourt, sueros, pastone) o aditivos con capacidad reológica (sepiolitas) puede ayudar en el problema.

Figura 2.- Composición nutricional de las distintas partes segregadas de la sopa (CEHAVE)

La segregación cobra especial importancia si en nuestro sistema no pueden comer todos los cerdos a la vez y tenemos que dejar sopa sobrante para algunos animales, y en los lechones y cerdas lactantes, especialmente sensibles a cualquier cambio.

Posted by kdgonzalez
laporcicultura.com

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Actualizado a: 14/11/2024

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