Para abrir esta inédita edición de Fericerdo técnica y virtual, el Dr. Jorge Brunori expuso sobre el devenir productivo del sector porcino y delineó algunas perspectivas y desafíos para un sector que quiere anotarse en las grandes ligas.
A pesar de ser un año duro y no solo por la pandemia, 2020 cerró con una producción nada desdeñable de 655 mil tns y un crecimiento del 8% en animales faenados. El consumo en 2020 fue de 15,6 kilos por consumidor, en un año duro donde restaurants, bares y turismo tuvieron una actividad casi nula.
A julio de 2021 el crecimiento está estable esperando con optimismo la segunda mitad del año, que siempre ofrece mejores estadísticas aunque la demanda está muy golpeada por el bajo ingreso de las familias.
Las importaciones están en 2500 tns en 2020 pero en 2021 (En/Ago) creció el 91% (18958 tns) sin encontrar una razón lógica sobre esto, quizás el precio de la producción en Brasil y sus crecientes stocks buscaron colocaciones sin mirar márgenes.
El sector externo muestra una gran vitalidad y una mejor perspectiva, con China y Hong Kong como locomotora de la demanda pero en 2021.
El otro tema que trae algún alivio es la mejora del precio del capón que marca un mejor pulso y eso apuntaló un poco los números del sector, particularmente de un amplio espectro de pequeños y medianos productores que estaban en una situación de ahogo, casi en quebranto.
La competitividad del sector en un año difícil nos permitió ser una opción en consumo de proteína animal en esta pandemia. A partir de agosto el precio volvió a crecer y estamos en un precio promedio de $119 y máximo de $150. Estuvo en riesgo durante varios meses la rentabilidad.
Ahora, si medimos el precio promedio del capón en dólares veremos que ente 2012 y 2019 estuvo en U$S1,21 y el precio máximo en U$S1,51, mientras que en los primeros 8 meses de 2021 el precio promedio está en U$S1,10 y el precio máximo en U$S1,30.
Una relación que no se pierde de vista para el productor es la relación que tiene el precio del capón comparado con el del novillo (Liniers) y el pollo, y de los tres respecto de la cotización del dólar.
Habrá que ver hasta dónde crecerá el precio del capón sin afectar el nivel de consumo en las carnicerías.
Prospectiva
Hay un plan estratégico porcino donde participaron diversos actores del sector y el plan postula un crecimiento en el consumo per cápita de 26 kilos con un crecimiento anual de 6% y exportaciones en torno a las 800 mil toneladas en 2030, la idea es que en los años que vienen la carne bovina se reducirá unos 8 kilos y esa proteína animal puede ser relevada por el principal sustituto: la carne de cerdo.
Nuestro estatus sanitario y la disposición de alimento nos dan una perspectiva inmejorable, y se trata de una posibilidad muy posible.
Tenemos que pensar en el consumidor y no perder de vista que se trata de alguien que cada vez se preocupa más por las condiciones como se produce en las granjas, se interesa por el bienestar animal y por la seguridad alimentaria, y por lo tanto pondrá mucho énfasis en el alimento que elige.
Lo mismo habrá que no perder de vista el impacto ambiental que produce la ganadería y el cambio climático y el trato correcto de los desperdicios.
La inocuidad alimentaria y la trazabilidad de los productos que va al comercio serán determinantes en la producción porcina que viene.
Reflexión final
Mucho de lo conseguido el productor lo ha realizado con su esfuerzo propio, sin demasiada ayuda y demuestra que es el principal activo. Triplicó la producción y lo hizo manteniendo un estatus sanitario muy alto.
Hace falta tener una visión de cadena y no solo por la escala sino por la especialización y la eficiencia. La lucha será por la sostenibilidad y para ello habrá que crecer en eficiencia, contar con una mejor y más completa información.