Esto mejora la situación económica de los productores porcinos y el bienestar animal en la producción porcina. Para garantizar cerdas y cerdos de engorde robustos, las empresas de genética porcina han incluido características indicadoras de robustez (como la conformación y la longevidad) en sus objetivos de selección durante muchos años.
Sin embargo, a medida que la productividad va aumentando, también lo hace la importancia de la robustez dentro de unos objetivos de selección equilibrados. Un objetivo de selección equilibrado no solo se enfoca en el aumento de la productividad, sino que también garantiza un avance genético de la robustez para mejorar a su vez la salud y el bienestar de los cerdos.
La robustez engloba una serie de características
La robustez engloba una serie de características como la productividad, además de rasgos relacionados con la salud ligada a entornos difíciles o simples cambios en el entorno.
Estos entornos difíciles pueden incluir nutrición subóptima, grandes cargas patógenas, temperaturas demasiado altas o bajas o ventilación insuficiente.
La robustez refleja la capacidad de adaptarse a cualquiera de estas condiciones. Algunas empresas de genética definen la robustez como la eficiencia de producción, por ejemplo, la conversión alimenticia, el crecimiento, el porcentaje de carne o la fertilidad en un entorno difícil. Otros también la definen como la resistencia o tolerancia a enfermedades o lesiones, al igual que a un desvieje reducido y menos pérdidas por mortalidad. Sin embargo, estas últimas características pueden ser difíciles de mejorar a través de la selección genética por ser complicadas y costosas de registrar, o de baja frecuencia, sobre todo en las granjas núcleo, y tienen además una baja variabilidad y heredabilidad genética.
Por eso las empresas de genética intentan identificar rasgos indicadores que sean más fáciles de medir en granjas núcleo y que tengan un nivel más elevado de variabilidad y heredabilidad genética.
La conformación es un indicador de robustez
Un indicador de este tipo relativo a la robustez es la conformación, que refleja la fuerza y la salud de las patas de un cerdo, sus pezuñas, espalda, e incluye anomalías anatómicas que pueden ser, o bien innatas, o debido, por ejemplo, a una nutrición subóptima, las instalaciones o infecciones.
Se prevé que la selección para una robustez mejorada a través de la conformación aumentará la productividad y el bienestar animal, además de mejorar el período de producción de los cerdos de engorde y la productividad de las cerdas, reduciendo a su vez el riesgo de desvieje. Los problemas de conformación pueden causar cojera y problemas con las articulaciones, aumentar el riesgo de cerdos de engorde de desecho, y normalmente son la causa del 10-15% del desvieje de cerdas. Además, se sabe que los problemas con las articulaciones implican dolor y estrés en el cerdo y reducen su productividad.
En el caso de los cerdos de engorde, la cojera está relacionada con una reducción en la ingesta de alimento y un menor crecimiento, y cuando se trata de cerdas de producción la cojera tiene una correlación negativa con la capacidad reproductora de la cerda. La conformación es por lo tanto una característica indicadora obvia para lograr un avance genético en la robustez.
La selección de la conformación
La puntuación se basa en una evaluación de las patas delanteras y traseras del cerdo, así como de la espalda, además de observar su porte general.
La conformación del cerdo se evalúa mientras el animal está en movimiento, ya que la cojera y los problemas con las articulaciones no siempre son visibles cuando el cerdo no se mueve. A fin de obtener una evaluación precisa y objetiva de la conformación con la mayor variación genética y heredabilidad posible, es importante tener un entorno óptimo al hacer la puntuación.
Un entorno así incluiría un suelo antideslizante, unas condiciones de espacio e iluminación óptimas para permitir una visión completa del cerdo y sus movimientos, no solamente desde su espalda, sino también de frente y de lado. Además, los cerdos se deben acostumbrar a la manipulación humana, ya que de no ser así se estresarían durante la evaluación, lo cual podría causar un patrón de movimiento diferente. Por último mencionar que la formación de los técnicos es importante a la hora de maximizar la objetividad además de la repetitividad inter e intra-observador.
Las patas delanteras curvadas hacia adentro o hacia afuera o la lordosis (lomo hundido) son ejemplos de características de conformación no deseadas. Ejemplos de características de conformación deseables son una espalda sin curvas y que no se observen problemas en las patas o pezuñas (Figs. 1 y 2). En total, ~100.000 cerdos de 23 poblaciones de reproductores se someten a pruebas de rendimiento cada año y se elaboran registros fenotípicos de su conformación.
Fig. 1. Véase una posición correcta de las patas delanteras, un ejemplo de buena puntuación de conformación en las patas delanteras.
Fig. 2. Véase una posición correcta de las patas traseras, un ejemplo de buena puntuación de conformación de las patas traseras.
La genética de la conformación
La conformación es una característica de heredabilidad baja a moderada, cuya heredabilidad estimada en estudios realizados con cerdos Landrace y Yorkshire suele variar entre 0,04 y 0,15. La heredabilidad varía no solo debido a las diferencias de raza, sino también a las diferencias del entorno en el que se registra, el ambiente en el que se han criado los cerdos y el conocimiento de los técnicos.
Maximizar el progreso futuro
El nuevo método implica una nueva definición de la característica de conformación, que hace más fácil diferenciar entre los mejores cerdos, permitiendo una selección más precisa de los cerdos más fuertes como progenitores de las siguientes generaciones.
Esta nueva definición de la característica incluye más categorías para tanto las patas delanteras como traseras, la espalda, y el porte en general. Con el nuevo método se han mejorado la heredabilidad y la capacidad predictiva en un 10% comparada con la definición de conformación anterior.
Por Dr. Birgitte Ask, Científica Senior, Genética y Lizette Vestergaard Pedersen, Asesora, Centro de Investigación Porcina Danés.