El virus se ha encontrado en muestras de cuatro jabalíes, así como en una explotación de porcino doméstico. Esta detección supone un nuevo salto a larga distancia del virus a una zona previamente libre y a casi 800 km de la zona afectada más cercana, en la región de Lazio.
Los jabalíes positivos se han detectado en puntos distintos de la región de Calabria, mientras que en el caso del foco en porcino doméstico se trata de una pequeña explotación de reproducción con un censo de 70 cerdos, donde se detectó la sospecha tras el hallazgo de dos cerdas muertas.
Tras la confirmación del nuevo foco, las autoridades italianas han adoptado de forma inmediata en la nueva zona afectada las medidas de control contempladas en el Reglamento Delegado (UE) 2020/687 de la Comisión para limitar la diseminación de la enfermedad. Productos contaminados, posible causa del foco en el sur de Italia.
Según la información facilitada por los SVO italianos, se baraja la posibilidad de una introducción accidental a través de trabajadores del este de Europa que han acudido a trabajar en la región en cultivos en la temporada de recolección de la alcachofa, y que pudieran haber vehiculado accidentalmente el virus desde sus países de origen a través de productos contaminados a los que las poblaciones de jabalíes silvestres habrían tenido acceso.
La Comisión Europea, en coordinación con las autoridades italianas, ha delimitado la nueva zona infectada que ha sido incluida en la Decisión de ejecución SANTE/744E/2023 y su Anexo, publicada ayer. En base a la información epidemiológica que se vaya obteniendo, se aplicará en las próximas semanas la política de regionalización definitiva.
No supone un riesgo para España, pero no se debe descuidar la bioseguridad
Para España, aunque este caso no supone un incremento de riesgo, ya que estas nuevas zonas están más alejadas que la zona afectada en el noroeste, en Piamonte, aunque sí que resulta preocupante por el hecho de que el virus
demuestra una vez más su capacidad para saltar a largas distancias lo que supone un riesgo constante para las zonas libre de la UE.
Desde el Ministerio de Agricultura recuerdan la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de porcino, en el transporte animal, así como en relación con los cazadores que viajen a países afectados o de riesgo por la presencia de la enfermedad y que pudieran contribuir, involuntariamente, a la expansión de la enfermedad al regresar a nuestro país.
En particular, inciden desde el MAPA que resulta muy importante aumentar el grado de concienciación de los trabajadores del medio rural, ya sea en explotaciones ganaderas o agrícolas, en particular de aquellos que provengan de países afectados, de cara a que entiendan la importancia de la eliminación adecuada de los restos de productos alimenticios originarios de sus respectivos países, evitando en todo caso su eliminación en el medio, o el acceso de cerdos y jabalíes a estos desperdicios.
De igual forma, desde el MAPA recuerdan la gran importancia de garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar tempranamente la enfermedad ante una hipotética entrada en España, para lo que es vital que se comunique a los Servicios Veterinarios Oficiales cualquier indicio de la enfermedad que pudiera aparecer en nuestros animales, tanto en las explotaciones y medios de transporte de animales, como en el medio natural en los jabalíes silvestres.