Desde hace mucho tiempo hay estadísticas sobre el impacto que esto tiene en la sobrevivencia y crecimiento de los cerdos, y por supuesto en la mortandad promovida por el estrés calórico.
En Una vuelta por el Inta, programa radial que se emite por LW1 Radio Universidad de Córdoba, el médico veterinario Raúl Franco conversó sobre este problema que este año parece tener un crecimiento en la agudeza.
“Estamos transitando una época más propia del verano, con temperaturas cercanas a los 40° sostenidas durante varios días, con el impacto que ello tiene. Todas las especies animales sufren el calor intenso y como sabemos el cerdo ha sido objeto de muchas modificaciones genéticas en pos de la producción más eficiente. Un lechoncito nace con un kilo y en seis meses llega a pesar más de 100, con un metabolismo muy particular y pocas posibilidades de transpirar e intercambiar temperatura con el medio ambiente”, contextualiza Franco.
En estos contextos ambientales, el productor y los técnicos deben estar muy atentos para un manejo eficiente puesto que la pérdida de bienestar y la sofocación hacen que el cerdo utilice se aleje del comedero y busque equilibrar su temperatura interna.
El primer paso es disponer de agua abundante y limpia, con buena presión. “Un animal que transita un estrés calórico asume un ritmo cardíaco más intenso, comienza a babear, se mueve menos y de no intervenirse puede llevar a una muerte súbita”, recorre el especialista.
El cerdo intercambia calor a través de la respiración, o bien intenta contactar su piel con alguna fuente que la refresque, y es por ello que los cerdos en espacios abiertos buscan sombra y agua.
“El agua fresca, suficiente y limpia es el elemento esencial para combatir el estrés calórico. El asunto reside en la observación permanente del contexto y de la actitud de los animales, fundamentalmente en establecimientos automatizados y en los fines de semana cuando el personal es reducido”, apunta Franco.
Esto también influye en los ciclos reproductivos, haciéndolos más lentos o etapas de celo más cortas. Uno de las etapas clave es la maternidad donde la temperatura debe situarse en los 23 grados cuando a veces la temperatura exterior es de 40, y hay estudios que señalan que por cada grado de más en ese sector la madre come 250 gramos menos de alimento. “Y por supuesto eso se verá reflejado en la cantidad y calidad de leche disponible y con ello la posibilidad de sobrevivencia de la cachorrada”, señala el especialista.
Algunos consejos prácticos
1.- Evitar los movimientos innecesarios en horas de alta temperatura. Si hay que trasladar, destetar u otro movimiento hay que realizarlo en horarios donde la temperatura es más baja.
2.- Observar el funcionamiento en los sistemas de alta tecnología y si no se dispone de ello hay que tener un manejo preventivo para atenuar escenarios tórridos.
3.- Si es posible hay que bajar la densidad de animales por m2.
4.- Chequear el flujo y calidad del agua
5.- Observar el volumen de consumo de alimento
6.- En sistemas de cama profunda hay que evitar el hacinamiento (1,70 m2 por animal) en galpones de 4 metros de alto. El largo no debe ser más de tres veces el ancho y agregar cama, y si es posible rociar a los animales.
7.- En sistemas al aire libre la sombra es fundamental y crear charcos para que se refresquen los animales.